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Helsinki, pasión por la buena vida (II)

Fuera del centro histórico y de su corazón más vibrante, Helsinki despliega un talante distendido y con un punto canalla. Fuera de los circuitos turísticos, la capital finlandesa muestra su verdadero rostro: el de una ciudad sostenible que se mueve en bici, adora la naturaleza, apuesta por el diseño y convierte cada minuto de buen tiempo en una fiesta para los sentidos. Retomamos la ruta donde la dejamos, en la península de Katajanokka, e iniciamos un paseo por el nuevo diseño suomi en clave 3D, entre la opulenta estética rusa, las líneas puras de la arquitectura nórdica y el placer de una tarde de verano.

1. Katajanokka, la península de estética portuaria

Restaurante Shelter | EVG

Timones, hélices, anclas y hasta pequeños barcos colgados sobre el dintel de la puerta. Esto es parte de la decoración de Katajanokka, un distrito de Helsinki que, en el siglo XVIII, ni siquiera formaba parte de la ciudad. Conectado a tierra firme con tres puentes, la zona funciona a modo de península y sus edificios de ladrillo rojo, que antaño albergaban empresas tan marineras como los astilleros, hoy se han transformado en algunos de los restaurantes fetiche de la ciudad, como el Shelter, una opción perfecta junto al puerto, con platos de alta cocina, como tartar de ternera con guindas y queso crema con apio.

Hotel Katajanokka | EVG

Aquí estuvo también la cárcel y, a pesar de las presiones de la burguesía para alejar estas dependencias de sus flamantes edificios art nouveau, se mantuvo abierta hasta 2002 y, es, desde 2007, el Hotel Katajanokka un 4* que ocupa la antigua cárcel. Los barrotes, galerías y celda de castigo siguen intactos y pueden revivirse con un juego de escape. Un excelente equipamiento completa este establecimiento, en el que la bebida del desayuno –con tazas de aluminio, como en la cárcel– se elige en una tablet.

2. Bienvenidos al ‘planeta sauna’

SkyWheel Helsinki | EVG

En Helsinki hay más saunas que coches. De madera y con diseño nórdico, las verás en todas partes
y en los sitios más insospechados: en las casas, los hoteles, las bibliotecas… hasta SkyWheel Helsinki, la noria instalada en el puerto de Katajanokka, ha convertido una de sus cabinas en una sauna colgante. El ritual impone tomarla desnudo –están separadas por sexo– y alternar calor con un baño helado, aunque las públicas suelen ser mixtas y permiten bañador.

Allas Sea Pool | EVG

En las saunas se unen generaciones y se cierran negocios y su importancia es tal que antaño, en las cárceles, se castigaba a los presos privándoles de su sesión diaria de sauna. Entre nuestras favoritas, Allas Sea Pool, inaugurada en 2012, con piscinas de agua salada y climatizada, y playa de arena. Y la lujosísima y ecológica Löyly, el nuevo place to be en lo que a saunas se refiere.

3. Los mercados bohemios de Kallio

Puestos en Hakaniemi | EVG

Entre la extraordinaria oferta de cafeterías no te pierdas las del barrio hipster de Kallio, un entorno bohemio y alejado del centro, mucho menos turístico que el Mercado del Puerto y el Old Market, abarrotado de saunas y frecuentado por la gente local. Aquí triunfan los cafés artesanales y los pequeños restaurantes veganos y, si te gusta lo vintage, este es tu entorno.

Interior de Hakaniemi | EVG

El aire de gastromercado lo verás también en Hakaniemi, el mercado de Kallio que volvió a abrir en abril del pasado año tras una profunda reforma. Sus dos plantas siguen siendo el mercado más auténtico de la ciudad, y lo mejor: con precios también de barrio. Aquí puedes almorzar o probar dos especialidades: korvapuustit de canela y karjalanpiirakka, pastel salado de arroz con leche, huevo y mantequilla.

4. Teurastamo, el barrio canalla de Hermanni

Kellohalli | EVG

El carácter afable y comunicativo de los finlandeses viene de lejos, pero ahora, las terrazas se multiplican y cada vez son más los que salen a cenar: incluso entre semana muchos restaurantes cuelgan el cartel de completo. Quizá tenga que ver con el título que, año tras año, ratifica la ONU: el del país más feliz del mundo. Parte de ese buen rollo –y de la modernidad– se concentra ahora en Teurastamo, el antiguo matadero reconvertido en zona gastro.

Kellohalli | EVG

Aquí encontrarás Kellohalli, un restaurante alternativo de estilo industrial con mesas corridas para compartir, barbacoa, bufé casero y escuela de cocina. Ambiente joven y oficinistas abarrotan a diario este espacio, que cuenta con tostadero artesano de café, los helados caseros de Jädelino –prueba el vegano de bayas– y los destilados de The Helsinki Distilling Company. En el centro, un patio urbano que aglutina toda esta oferta –además de conciertos, rastrillo, teatro…– e invita a compartirla.

5. Töölö, el sueño de Alvar Aalto

Finlandia Hall | EVG

Finlandia Hall, una especie de barco anclado junto a la bahía de Töölö, formaba parte de un ambicioso plan urbanístico encargado a Aalto para remodelar el centro de Helsinki. Nunca llegó a materializarse y éste fue el único edificio que se levantó, en 1967, cubierto con mármol de Carrara para “traer vistosidad y alegría a la ciudad”, pero el entorno sí es un espacio vivo, frecuentado por familias que pasean junto al lago y gente que se sienta sobre el césped para hacer un picnic.

Península de Töölö | EVG

Además de este impresionante edificio, la ruta Aalto, el gran gurú del diseño nórdico, debe pasar por la Librería Académica, las oficinas de Enso y las de Rautatalo… Hasta llegar a la delicada elegancia del Café Savoy, en Esplanadi, un restaurante de lujo decorado por el arquitecto con sus icónicos jarrones: lo mejor para disfrutar de Aalto desde las alturas.

6. Punavuori, bienvenidos a Design District

Design District | EVG

Libros, decoración, moda, peluquería, joyería vintage… absolutamente todo lo que se te ocurra lo encontrarás de forma diferente y única en una cuadrícula con nombre propio: Design District Helsinki. Son más de 200 tiendas distribuidas en 25 calles en las que descubrir las divertidas propuestas de ropa y complementos de Ivana Helsinki, el interiorismo de Joana Laajisto o los trabajos en cristal, cerámica y bisutería de Lokal, una concept store que agrupa a diseñadores de la zona.

Menú de Yes Yes Yes | EVG

En el barrio también destacan el Hotel Saint George, un vanguardista 5* con panadería saludable, spa de lujo, carta de aguas finlandesas y hasta equipo para monitorizar tus sueños. Además, una decidida apuesta por la cultura, que le lleva a editar periódico propio y exponer obras, entre ellas, una de Ai Weiwei. En el tema gastro, date una vuelta por Yes Yes Yes y su menú viajero, que resume la nueva tendencia de la capital: decoración retro y cocina vegetariana con toques orientales donde compartir pan tandoori, pastel de ruibarbo y matcha Martini.

7. Ullanlinna y el Museo del Diseño

Museo del Diseño | EVG

El Museo del Diseño es una visita imprescindible que capitanea todo este derroche de creatividad nórdica. El espacio recoge innumerables piezas del mundialmente famoso diseño finlandés, con instalaciones que recrean los bloques de hielo que crecen en la naturaleza, juegos de té pintados por Dalí y los trabajos de Timo Sarpaneva, el primero en introducir agua y burbujas de aire en los trabajos de vidrio, entre otros muchos.

Museo del Diseño | EVG

Junto a ellos, todo un recorrido histórico por la trayectoria de los grandes diseñadores finlandeses, desde Iittala hasta Marimekko, pasando por el imprescindible matrimonio de creadores Aino y Alvar Aalto. Si puedes ampliar gastos, invierte en diseño y llévate una colorida tela de Marimekko o el clásico Taburete 60 de Aalto. En Artek puedes combinar asiento y patas, desde 115 €.

8. Los rompehielos de una ciudad pegada al mar

Puerto de Helsinki | EVG

Helsinki no se entiende sin el mar, su entrada natural de visita, pero también de asedio. Tras la II Guerra Mundial se contaron más de 60.000 minas en las costas de Finlandia, una amenaza que los bomberos retiraron y cuyo trabajo fue homenajeado por Deminer, que les dedicó una escultura que puedes ver en Katajanokka. Los rompehielos, capaces de romper hasta 5 metros de profundidad, también forman parte de la postal del puerto, un trabajo necesario en un mar, el Báltico, que, con solo 5 cm de marea y poco contenido de sal, se congela muy fácilmente.

Rompehielos | EVG

En la cara más festiva, el mar se disfruta al 100% con un puerto frenético cuya actividad y tráfico supera incluso al de Dover. Los barcos y ferries conectan el centro de Helsinki con sus 300 islas y saltan también al exterior, con trayectos a Estocolmo –en un barco de lujo, durante toda una noche con 5.000 plazas– y a Tallin, una ciudad a la que se llega en 2 horas para ir básicamente a comprar, ya que los precios de la capital estonia son más baratos.

9. Lonna, la isla de moda

Embarcadero de Lonna | EVG

A poco más de 10 minutos en ferry, Lonna es la isla más deseada y una de las primeras opciones de los habitantes de Helsinki para una escapada de un día. El plan es coger un ferry, relajarte en su sauna y visitar su restaurante para cenar delicias, como false morel –unas setas típicas finlandesas que debes hervir y tirar el agua tres veces, ya que sino, pueden ser mortales– o un helado con alcachofas o de bayas amargas. La isla es mínima (150 metros de largo), así que es recomendable reservar.

Dulces de Lonna | EVG

La tranquilidad del espacio lo ha convertido en refugio de muchas especies de aves, que llegan hasta aquí para anidar. Pasear entre los nidos –ubicados junto a los senderos–, curiosear en el pequeño museo etnográfico de la isla, comprar algún dulce o un recuerdo en la tienda de artesanía y sentarse en la terraza con vistas al archipiélago son otros relajantes planes para disfrutar de Lonna.

9. Islas Suomenlinna, una escapada por la costa

Pabellón del Museo Militar | EVG

Suecia construyó en Suomenlinna, a unos 15 minutos en ferry desde el puerto, toda una fortaleza para proteger la ciudad de un posible ataque ruso. La precaución no surtió efecto –Rusia terminó invadiendo no solo la isla, sino el país entero– pero la ciudadela se convirtió en una de las más impresionantes del Báltico. Tanto, que la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad.

Cartel del Pabellón del Museo Militar | EVG

Te encantará recorrer su arquitectura militar, bastante bien conservada, y visitar sus seis museos, en especial, el de Suomenlinna –repasa la historia de la isla hasta la actualidad– y el Pabellón del Museo Militar, un espacio con tintes etnográficos que explica la trayectoria del ejército finlandés a través de carros de combate, uniformes… Además, puedes curiosear dentro de un submarino, realizar una ruta autoguiada, comprar artesanía de vidrio…

La imagen que abre el texto es Embarcadero de Suomenlinna | EVG

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